AGENDA DE OCIO Y CULTURA

LA FESTIVIDAD DE SAN ANTÓN

importantísima enjundia en los años en que este puebloencontraba su sustento en la fuerza tractora de caballos, burros y mulas, es la primera del ciclo anual, terminadas las celebraciones navideñas con la Cabalgata de Reyes.

Hoy, siglos después, no ha dejado de celebrarse, y su ermita, remozada continuamente por un barrio muy identificado con su patrón, es el lugar de encuentro -el fin de semana más cercano al día 17 de enero- para celebrar la hoguera, procesión y bendición de animales,tomar un vino y celebrar la típica subasta de dulces, piezas de caza y otras carnes listas para una buena comida –incluido el clásico gorrino de san Antón – que, ofrecidas previamente al patrón, ayudarán ahora a sufragar parte de los gastos de la Hermandad del santo. San Blas, a principios de febrero, nos trae de nuevo el momento mágico de la hoguera–símbolo de purificación desde culturas inmemoriales–, y con ella los tradicionales y deliciosos tostones, el zurra y los rollos benditos del santo, protector de las enfermedades de la garganta.Es, también, en estos días de enero y febrero cuando, tradicionalmente, se realizaban las matanzas en la mayoría de las casas. Y en recuerdo de aquel acto, como homenaje a aquellos modos de vida, en la actualidad se celebra una matanza popular en alguno de estos fines de semana, promovida por el Ayuntamiento, y en la que participa la mayor parte del pueblo, dando sacrificio a los gorrinos, preparando las carnes y realizando deliciosos peroles de gachas y migas para todos los asistentes.

MARZO Y ABRIL

Con la primavera en todo su esplendor, traen también a nuestro pueblo los aires de la Semana Santa, cuyos desfiles procesionales han indo adquiriendo una especial importancia desde hace unas décadas, y en la actualidad, organizados en torno a varias cofradías, tiñen las calles del pueblo del recogimiento, colorido, sonidos y olores de las principales ciudades semana santeras.

Y, como mandan los cánones, antes de la Cuaresma que precede esta celebración, tienen lugar nuestros concurridos carnavales y el tradicional entierro de la sardina, el Miércoles de Ceniza, una celebración de especial interés etnográfico que reúne a cuantos asistentes quieren degustar diversos platos compuestos a base de pescado antes de partir hacia el sepulcro recorriendo las calles del pueblo con lloros y dichos relacionados con cada uno de los lugares por donde se pasa. San Isidro y la Virgen de Magaceda, el 15 de mayo y el último fin de semana de este mes,anuncian el comienzo del verano que llega.

En las dos fiestas se va en romería a sendas ermitas –la Iglesia de San Isidro, a unos 5 kms., en el paraje de Villaverde; y la Ermita dela Virgen de Magaceda, patrona de Villamayor, a 8 kms. en dirección a Pozorrubio, junto a las márgenes del río Gigüela–, peregrinaciones acompañadas de música, comidas dehermandad y jornadas festivas muy participativas para nuestros vecinos.Con junio viene la festividad de San Pedro, “el santo de los pastores”, patrón de ganaderos e industrias relacionadas con este modo de vida que tanto nombre y prestigio ha dado y sigue procurando a nuestro pueblo, cuna del mejor queso manchego por excelencia.San Cristóbal y Santa Marta encuentran su momento de celebración en el mes de julio,fiestas organizadas por sus respectivos fieles y mayordomos –en este caso, conductores y gremio de la hostelería respectivamente– los cuales organizan distintas actividades para la participación y disfrute del público asistente.Agosto es uno de los meses más vivos del año. Con la vuelta a la tierra de sus padres y abuelos -y a la suya propia- de villamayorenses que tuvieron que buscar en otras ciudades su lugar de trabajo, la población duplica su número habitual de vecinos. Veladas y noches repletas de actividades culturales, de ocio y deportivas, como el Festival Europeo de Cortometrajes, el ciclo “Un torreón de cine”, teatros y conciertos en parques y plazas,ligas deportivas de fútbol, paddle y tenis, competiciones de natación, rutas en bicicleta, etc. hacen que vivir en Villamayor sea un placer de otro mundo. Y en este mes se celebra, también, la festividad de San Bartolomé, antiguo patrón del pueblo, y una de las festividades de mayor solera y tradición.

OTOÑO

Septiembre es el mes de la fiesta grande, la que Villamayor dedica a su patrón, el Cristo de la Viga, el día 5 de cada año.
Septiembre, por tanto, es sinónimo no solo de vendimia, sino de religiosidad, de fervor, de feria, de peñas, de toros, de galopeo, de reencuentros,de verbenas… La Virgen del Pilar y el día de la Hispanidad suele coincidir con el final de las vendimias,tiempos de setas, de comidas en lumbres y ascuas, domingos de caza… la antesala de un invierno que, antes de llegar de manera oficial, nos dejará aún celebrar otra festividad de marcado carácter social, familiar y costumbrista: la fiesta de todos los Santos, el 1 de noviembre: calabazas, chocolate con churros, reuniones de amigos, reencuentro de familias y la obligada visita al campo santo para recordar a los que hoy ya no están entre nosotros. Y antes de las celebraciones navideñas, que vuelven a ofrecer a todos los vecinos un mes de diciembre repleto de actividades culturales y celebraciones propias de este tiempo, Santa Cecilia, patrona de los músicos, nos regala un último fin de semana en noviembre cargado de dianas, pasacalles y conciertos.